Crítica de "Devuélvemela" (bring her back)

Los hermanos Philippou nos devuelven al Terror crudo sin la más mínima piedad, en esta cinta agónica que oscila entre el drama psicológico y el Horror. Devuélvemela se planteaba como una de las mejores cintas del año dentro del género. La pregunta es… ¿cumple con las expectativas?

Un crudo retrato sobre la posesión y la pérdida

Los hermanos Philippou nos devuelven al terror crudo sin la más mínima piedad, en esta cinta agónica que oscila entre el drama psicológico y el horror.

Devuélvemela se planteaba como una de las mejores cintas del año dentro del género. La pregunta es… ¿cumple con las expectativas?

La pérdida de nuestra posesión

Devuélvemela se aleja de su predecesora, Háblame, sin perder su esencia. Aquí tenemos una cinta mucho más introspectiva, centrada en la pérdida y la perversión de nuestro sentimiento de posesión. La película ahonda profundamente en la psicología de sus personajes, como si de una operación cerebral se tratase. Conocemos al dedillo sus traumas, y estos serán la mejor herramienta para torturarnos durante todo su metraje.

La incomodidad es la ambientación misma de la cinta. Desde el primer momento nos adentramos en un turbio mundo ritual, mostrado a través de cintas caseras. Una alerta inicial que se intensifica y define con mayor profundidad con el paso de los minutos. Lejos de caer en lo sobrenatural o en ideologías sectarias, aquí se busca una motivación racional y, sobre todo, emocional. La película responde a las cuestiones que va sembrando con la precisión de un bisturí y, a medida que este profundiza en su corte, nosotros nos iremos desangrando con los protagonistas.

Una premisa original que promete y entrega su buena dosis de carne, pero que encuentra su fuerza por medio de la compleja psicología que plantea. Sus personajes son seres torturados, ahogándose lentamente, y la historia no deja de sumergirlos más y más, hasta su final. Se siente angustiante y extrañamente cálida: la dicotomía que invade a la asfixia es la narrativa que nos propone.

Siendo brutal e implacable, lo mejor de la obra reside en las capas dramáticas que envuelven a la historia. Aun con su enorme cantidad de aciertos, acusamos levemente su reducido metraje y ciertas decisiones de guion, habiendo preferido una profundización mayor en el drama, dejando un poco más de lado la visceralidad, en ocasiones un tanto forzada.

Devuélvemela nos habla en imperativo, nos ordena y exige como espectadores, porque de eso va precisamente esta película. Nos habla con rabia, desde el dolor, porque la pérdida es injusta y cruel… Somos seres demasiado aferrados a la posesión, sin “saber dejar ir”… ¿Por qué? En eso consiste la vida, ¿no? En perder.

Y como egoístas…
Imperamos que nos lo devuelvan.

En los aspectos más técnicos

Lo que más destaca son las increíbles interpretaciones de cada uno de los miembros del reparto, en especial las de Sally Hawkins, en uno de los mejores papeles de su carrera, y el joven Jonah Wren Phillips, quien se roba absolutamente todas las escenas en las que aparece, en, probablemente, la interpretación más terrorífica de la presente década.

La fotografía es notable y gana enteros con el increíble trabajo de efectos, combinando prácticos y digitales a la perfección. A esto le sumamos una banda sonora puntiaguda, que solo entra en escena cuando es estrictamente necesario.

Veredicto final

Devuélvemela es una gran película de terror psicológico, no apta para todos los paladares. La película es cruel y desagradable, en el buen sentido, por lo que si fuera alguien aprensivo, intentaría mantenerme alejado.

Los hermanos Philippou no fallan y se consagran como dos grandes directores del género, a tener muy en cuenta en el futuro.