El cine ya no se censura: Hollywood abraza la violencia extrema con orgullo

La clasificación R se impone en Hollywood: directores como Danny Boyle y Guillermo del Toro lideran una nueva era de cine más violento, adulto y auténtico.

La Clasificación R marca el nuevo orden dentro del cine

Una nueva ola que arrasa dentro del cine de género ha logrado lo impensable: dotar a los productos de una mayor crudeza, más flexible en sus extremos, copando las clasificaciones R en sus últimos estrenos, incluidos aquellos más mainstream.

Los últimos estrenos destacados que veremos abanderar esta clasificación son las cintas 28 años después, de Danny Boyle, y Frankenstein, de Guillermo del Toro. El hecho de que cineastas consagrados —ambos ganadores del premio Oscar— opten por mayor libertad creativa en su violencia o contenido explícito, nos habla de este nuevo movimiento de las productoras, intentando convencer al público desde una perspectiva que hace no muchos años hubiera resultado impensable.

En 28 años después, esta clasificación según la MPA se refiere a una violencia intensa y sangrienta, imágenes espeluznantes, desnudez explícita, lenguaje inapropiado y breve sexualidad. Mientras que en la Frankenstein que llegará a Netflix, han hecho hincapié en su violencia sangrienta y sus imágenes espeluznantes.

Un movimiento valiente por parte de la industria que, al mismo tiempo, está siendo recompensado por la audiencia. La fatiga del público en los últimos años ha favorecido que cada vez más películas se atrevan a desafiar la taquilla con productos clasificados como R, aún sabiendo que esto reducirá sus posibilidades de captar un abanico más amplio de público.

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Un claro paso adelante dentro de la industria, en el que los estudios parecen comprender, al fin, qué clase de productos tienen entre manos y a quién van dirigidos. De este modo, el cambio impera en el boca a boca sobre los llenados masivos en salas, evitando el fenómeno de caída en picado que se venía avecinando tras el primer fin de semana de muchos productos blanqueados que apenas asumían riesgos.

¡Una nueva victoria para la industria! ¡Una oportunidad mayor para el género!